Un equipo de científicos británico ha desarrollado un robot que ha realizado, sin ayuda humana, un sencillo pero contundente experimento biológico tras seguir, paso a paso, todo el proceso científico requerido: ha rellenado algunos blancos existentes sobre algunas enzimas en el código genético de la levadura (Saccharomyces cerevisiae). El profesor Ross King, líder del proyecto, ha expresado su deseo de ver pronto a científicos y máquinas trabajando juntos en los laboratorios.
Al autómata lo han llamado Adán y ya están desarrollando otro al que llamarán Eva, que ayudará en la búsqueda de fármacos contra enfermedades como la malaria.
¿Les habrán prohibido estos científicos, en un guiño al círculo de la vida, que coman del árbol de Google en el jardín de intenet para evitar que adquieran más conocimientos de los que ellos han programado?
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